Síndrome de piernas inquietas (SPI) y sueño

El síndrome de piernas inquietas (SPI) es una enfermedad muy extendida que afecta significativamente no sólo la salud sino también el sueño. Aquí descubrirá por qué los afectados sienten una dolorosa necesidad de mover las piernas y cómo se puede mejorar el sueño con el SPI.

Tabla de contenidos

  1. El síndrome de las piernas inquietas (SPI)

  2. Causa, síntomas y consecuencias del SPI

    1. Síntomas

    2. Causas y factores que influyen

  3. SPI como trastorno del sueño

  4. Terapia y ayuda

  5. Conclusión

1. Síndrome de piernas inquietas (SPI)

El síndrome de piernas inquietas o inquietas es un trastorno neurológico que afecta aproximadamente al 3 % – 10 % de las personas. Sufre sensaciones desagradables en las piernas, los brazos o la espalda, que a menudo se describen como tirones, hormigueos, punzadas o desgarros dolorosos o parecidos a calambres. Además, suele haber una intensa necesidad de mover las piernas. Los síntomas pueden aparecer unilateralmente, bilateralmente o alternando de un lado a otro y son especialmente frecuentes por la tarde y por la noche. También es típico del SPI que el dolor aumente al descansar o acostarse y puede aliviarse cambiando de posición o moviendo las zonas afectadas.

Debido a la mayor necesidad de moverse y al dolor que se produce especialmente por la noche, los afectados a menudo no pueden descansar en absoluto. El sueño también se altera significativamente y se producen trastornos del sueño, que rápidamente provocan una pronunciada falta de sueño, cansancio diurno y un mayor agotamiento. El síndrome de piernas inquietas es una enfermedad grave que puede afectar gravemente su salud y bienestar de varias maneras.

2. Síntomas, causas y consecuencias del síndrome de piernas inquietas

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Síntomas del SPI

Los síntomas suelen aparecer por la tarde o por la noche y los afectados los describen de forma diferente. En general, el SPI se caracteriza por los siguientes signos:

  • Sensaciones desagradables a dolorosas en las piernas y/o brazos, que van desde un leve hormigueo hasta un dolor parecido a un calambre

  • Fuerte necesidad de moverse, que ocurre con más frecuencia al estar sentado o acostado

  • Los síntomas ocurren con frecuencia o solo por la noche y pueden aliviarse moviendo las áreas afectadas

Causas y factores que influyen en el SPI

Aunque muchas personas se ven afectadas por el SPI, la causa del desagradable dolor en las piernas aún no se comprende completamente. Una posible explicación podría ser una alteración del metabolismo de la dopamina en el cerebro. La dopamina es una sustancia mensajera que transmite estímulos motores en el cuerpo y así ayuda a regular el control del movimiento. El SPI también suele aparecer junto con deficiencia de hierro o vitamina B12, insuficiencia renal o durante el embarazo. Tomar ciertos medicamentos también puede empeorar los síntomas. Sin embargo, aún es necesario investigar más a fondo qué hay exactamente detrás de esto.

Posibles causas y factores que influyen de un vistazo

  • Función renal limitada o debilitada

  • Deficiencia de hierro y/o deficiencia de vitamina B12

  • Daño a nervios o articulaciones

  • Embarazo

3. El SPI como trastorno del sueño

Schlafmagazin: Restless Leg Syndrome RLS, Schlafstörung, Durchschlaf-Problem

El síndrome de piernas inquietas también puede denominarse en un sentido más amplio como trastorno del sueño. El dolor y la fuerte necesidad de moverse, que se producen principalmente en reposo y por la noche, provocan rápidamente problemas para conciliar el sueño o dificultad para permanecer dormido. Los afectados no pueden descansar por la noche y conciliar el sueño o, a menudo, se despiertan y tienen que levantarse de la cama para reducir el dolor moviendo y estirando las partes del cuerpo afectadas.

La estructura del sueño constantemente interrumpida impide, por supuesto, que los afectados duerman lo suficiente y se regeneren lo suficiente, por lo que los síntomas del SPI a menudo resultan en cansancio diurno, estados de agotamiento y una falta crónica de sueño. dormir. En este caso, es aún más importante acudir al médico y contrarrestar los síntomas con el tratamiento adecuado.

4. Terapia y ayuda

Debido a que se desconoce la causa exacta de la enfermedad, el síndrome de piernas inquietas no se puede curar por completo. Sin embargo, es muy posible aliviar los síntomas y poder regular mejor las ganas de moverse por la noche. Controlar y normalizar el metabolismo del hierro o equilibrar los niveles de dopamina en el cerebro ha demostrado ser una terapia útil en muchos casos. Sin embargo, sólo debe tomar suplementos de hierro o medicamentos con ingredientes activos de dopamina previa consulta con su médico.

Además de la terapia farmacológica, los afectados también pueden actuar ellos mismos de forma activa contra el dolor. Hacer ejercicio físico suficiente en la vida cotidiana, terapia de frío, duchas de contraste, masajear/cepillar las partes doloridas del cuerpo o determinados ejercicios de estiramiento son medidas sencillas que provocan una ligera mejoría en muchos de los afectados.

Por la noche, una buena higiene del sueño puede ayudarle a conciliar el sueño mejor y a tener una noche lo más tranquila posible a pesar de los frecuentes despertares. Además, se debe limitar el consumo de alcohol, nicotina y cafeína, ya que estas sustancias tienen un impacto negativo adicional sobre el movimiento muscular y el sueño.

Nuestro consejo para dormir: Si se despierta por la noche y necesita moverse brevemente, debe evitar la luz brillante y las actividades extenuantes. Además, trata de no someterte a ninguna presión adicional para que puedas relajarte mejor y volver a dormir rápidamente.

5. Conclusión

  • El síndrome de piernas inquietas provoca sensaciones dolorosas y trastornos del movimiento en las piernas, que ocurren especialmente durante la noche y en reposo y mejoran con el ejercicio.
  • El SPI a menudo ocurre con deficiencia de hierro, alteración del metabolismo de la dopamina y problemas renales.
  • Los síntomas del SPI a menudo provocan trastornos del sueño, que provocan cansancio y agotamiento durante el día.
  • La terapia con dopamina o preparaciones de hierro y medidas simples de autoayuda como ejercicio suficiente, duchas de contraste o terapia de frío pueden reducir los síntomas.

¡Saludos y hasta pronto!

 

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